Ah, la felicidad... ¡El eterno dilema! La mayoría de nosotros somos felices al satisfacer un deseo o una necesidad, pero en cuanto la realidad, siempre cambiante, y el implacable tiempo hacen de las suyas llevándose nuestra felicidad nos damos cuenta de que este estado era, simplemente, momentáneo y transitorio.
Tiene un principio y un final y, de nuevo, nos quedamos con la perturbadora sed que teníamos al principio. La búsqueda de la felicidad ¿Acaso queda algo de esa felicidad después de su desaparición más allá de un recuerdo que cada vez, y sin que podamos hacer nada, se vuelve más vago y lejano? ¿No cabría preguntarse si existe algo más y mejor? La sociedad y toda aquella gente que nos rodea, incuso nosotros mismos, buscamos constantemente la felicidad en las pequeñas experiencias diarias. El error que comete el ser humano es creer que la felicidad es un estado permanente y se obsesiona con la idea de ser constantemente feliz, olvidando que la felicidad es efímera.
Los conceptos y la excesiva racionalidad, en varias ocasiones, nos atrapan en una confusa red mental que acaba dirigiendo nuestra atención y nuestros esfuerzos a la obtención de bienes materiales: éxito, fama, belleza física, sin percatarnos de su carácter finito. Es cierto que, cada vez más, las multinacionales, el marketing y el mundo digital regulan nuestra felicidad, pero debe ser cada persona quien sea capaz de crear su propia felicidad. El mundo digital, las multinacionales o el marketing no deben ser únicamente los culpables de esto. ¿Qué sentido tendría juzgarlos, condenarlos y acusarlos como los causantes de nuestro mal? ¿No supondría esto desentendernos de nuestra propia responsabilidad hacia nosotros mismos? Se puede vivir en armonía, con tranquilidad y, ante todo, con felicidad.
La felicidad, como podrás leer en este blogpersonal tupuedes10,la podemos encontrar en nuestro trabajo, estudio o en nuestros proyectos, en definitiva, en nuestra propia vida.
Tiene un principio y un final y, de nuevo, nos quedamos con la perturbadora sed que teníamos al principio. La búsqueda de la felicidad ¿Acaso queda algo de esa felicidad después de su desaparición más allá de un recuerdo que cada vez, y sin que podamos hacer nada, se vuelve más vago y lejano? ¿No cabría preguntarse si existe algo más y mejor? La sociedad y toda aquella gente que nos rodea, incuso nosotros mismos, buscamos constantemente la felicidad en las pequeñas experiencias diarias. El error que comete el ser humano es creer que la felicidad es un estado permanente y se obsesiona con la idea de ser constantemente feliz, olvidando que la felicidad es efímera.
Los conceptos y la excesiva racionalidad, en varias ocasiones, nos atrapan en una confusa red mental que acaba dirigiendo nuestra atención y nuestros esfuerzos a la obtención de bienes materiales: éxito, fama, belleza física, sin percatarnos de su carácter finito. Es cierto que, cada vez más, las multinacionales, el marketing y el mundo digital regulan nuestra felicidad, pero debe ser cada persona quien sea capaz de crear su propia felicidad. El mundo digital, las multinacionales o el marketing no deben ser únicamente los culpables de esto. ¿Qué sentido tendría juzgarlos, condenarlos y acusarlos como los causantes de nuestro mal? ¿No supondría esto desentendernos de nuestra propia responsabilidad hacia nosotros mismos? Se puede vivir en armonía, con tranquilidad y, ante todo, con felicidad.
La felicidad, como podrás leer en este blogpersonal tupuedes10,la podemos encontrar en nuestro trabajo, estudio o en nuestros proyectos, en definitiva, en nuestra propia vida.
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