Amigos...os paso un articulo que esta en la red y lo podeis encontrar pero con mis matizaciones personales
LAS TEORÍAS DE LA FELICIDAD
Las personas, a diferencia de los demás
seres vivos, tenemos la capacidad de no responder de forma automática
al medio que nos rodea, porque ante cualquier situación podemos
pensar serenamente y encontrar distintas posibilidades de respuesta.
Alguna de ellas nos parecerá preferible y la elegiremos, pero nos
conviene elegir bien porque renunciamos a las demás, que pueden ser
mejores.
Esa capacidad humana de idear distintas
posibilidades es la inteligencia, que dirige a otras facultades, como
la imaginación o la memoria, para descubrir caminos nuevos en cada
situación. Negarse a usarla, dejarse angustiar por los problemas que
parecen no tener salida, es renunciar sin más a la posibilidad de
ser feliz. Recurrir a ella, por contra, imaginar en cada situación
difícil soluciones nuevas, sin plegarse ante lo que parece
inevitable, es dejar abierta la puerta a la felicidad.
Es verdad que no cualquier salida es
buena, y la fantasía creadora se distingue de la pueril en que
propone soluciones imaginativas, pero de algún modo realizables. Eso
es lo que nos permite diferenciar un ideal de vida feliz de una
ficción descabellada. Lo inteligente es optar por el primero
Yo: Tenemos que partir de un concepto basico...que es lo que opinamos sobre nosotros mismos...y esto influye en la toma de decisiones...porque tener un yo consciente sobre nuestra realidad y la realidad que nos envuelve esta bien...pero lo primero que tenemos que pensar es que puedo hacer por mi mismo..es decir como puedo encontrar yo mi felicidad...cuando esto lo tenemos asimilado...el resto viene dado...porque partimos de nuestra opinion intransferible sobre lo que queremos..y que nos hace feliz...
Todos queremos ser felices pero cada
uno entiende la felicidad de una forma diferente
Cuando felicitamos a alguien por su
cumpleaños, o por las Navidades, o por un éxito escolar o
profesional, estamos dando por supuesto que todos deseamos la
felicidad, y por eso mostramos nuestro afecto a esa persona
diciéndole que ojalá sea todo lo feliz que espera ser. Todos nos
proponemos ser felices y generalmente nos preocupa que los demás
también lo sean. Pero, tan pronto como nos preguntamos en qué
consiste la felicidad, nos vemos en cierto apuro. Porque, a
pesar de que todos estamos de acuerdo en que la felicidad es lo
que persigue todo ser humano, inmediatamente surge el desacuerdo:
cada cual la entiende de una manera distinta.
Yo: El concepto de felicidad puede ser propio y cada uno tiene el suyo...pero somos seres racionales y sociales...creemos en nosotros mismos y en la sociedad...construimos para nosotros y para los demas...de hecho una de las satisfacciones mas grandes es la de contribuir en la felicidad de otro...pero me reitero primero busca tu concepto de felicidad y luego compartelo...puedes elegir o que te elijan...por ejemplo un amor...pero el concepto mutuo debe ser soy feliz y quiero que seas feliz conmigo...la otra persona pensara lo mismo y se creara un vinculo afectivo que superara lo establecido...
Distintas teorías sobre la «vida
buena» o vida feliz
En términos generales podemos decir
que la felicidad es la situación en la que uno siente que
todo va conforme a lo que quiere. Pero inmediatamente surge
la cuestión clave: ¿qué es lo que en realidad quiero hacer con mi
vida?
En efecto, toda persona se caracteriza,
entre otras cosas, por la capacidad para proyectar su propio
plan de vida, conforme a lo que cree que es su bien,
o lo que es lo mismo, su ideal de vida buena. Por
tanto, si nos fijamos únicamente en los rasgos que diferencian
a unas personas de otras, es perfectamente lógico que haya casi
tantas maneras distintas de ser feliz como personas hay en el mundo.
Sin embargo, si reparamos en las similitudes, también es lógico que
encontremos algunos modelos de felicidad que han
diseñado quienes creen haber encontrado una manera razonable de ser
feliz.
Yo: todas las religiones...todos los profetas...todos las deidades...todas las personas buscamos la felicidad...y a veces cuando no somos capaces de enfocar este concepto en nuestras vidas entonces delegamos en dioses...profetas y deidades...salvo por una cosa eso es erroneo...solo porque estos entes nos aportan conocimiento e historia...hay una historia detras de cada deidad...como una fabula...como un cuento...que nos aporta sabiduria y conocimiento....un legado que no hay que despreciar...en los momentos en que no encontramos la felicidad...este apoyo a veces resulta fundamental para reconducir el cauce de la felicidad...pero...desde mi punto de vista debe ser temporal...la verdadera fuerza radica en como conceptuemos la felicidad y la acoplemos a nuestra vida...
En las diferentes religiones y escuelas
filosóficas encontramos una gran cantidad de propuestas de vida
buena, que no son objeto de mandato, sino de
consejo, porque los medios para conseguir la felicidad se
aconsejan, no se prescriben. La mayor parte de estas teorías
afirma que lo importante no es poseer cosas, sino «ser
sabios», es decir, saber vivir bien. En otras palabras,
las grandes tradiciones éticas coinciden en afirmar que no
puede haber felicidad auténtica si no vivimos de una manera
moralmente buena.
- La felicidad budista. Según
el budismo (Buda nació en el año 480 a.C.), la felicidad sólo se
alcanza en el estado de «nirvana», es decir, cuando el alma
ya se ha librado de todo deseo. Cosa que se logra por medio de
ciertas técnicas de meditación y después de las necesarias
reencarnaciones. El budismo invita a llevar una vida sobria,
armoniosa y virtuosa, sin excesos de ningún tipo. No es más feliz
el que más tiene, sino el que desea menos cosas.
- La vida buena según Aristóteles.
Para Aristóteles, la felicidad humana sólo se puede lograr
desarrollando al máximo nuestras capacidades de todo tipo
(morales, intelectuales, artísticas, etc.), es decir, practicando
las virtudes o excelencias, especialmente la prudencia.
Sólo la persona prudente puede acertar con la conducta
adecuada para cada situación, obteniendo así el máximo de
felicidad posible en el conjunto de la vida. En este orden de
cosas, Aristóteles propone como ideal de vida la contemplación, es
decir, el estudio de las verdades filosóficas y científicas.
- La propuesta hedonista de Epicuro.
Según Epicuro (341-271 a.C.), la felicidad consiste en gozar
inteligentemente de los placeres de la vida, evitando el dolor. Así,
recomienda gozar de los placeres con moderación, y cultivar
especialmente la amistad, la lectura, la conversación y otros
placeres semejantes, puesto que no suelen tener consecuencias
desagradables.
-El modelo estoico de vida feliz.
Para el estoicismo (que nace el año 335 a.C.), el único camino
que conduce a la felicidad consiste en ser capaz de no alterarse por
los altibajos de la fortuna. Los estoicos creían firmemente en
el destino, en que la Naturaleza ha dispuesto sabiamente todo
cuanto ha de suceder. En consecuencia, proponen aceptar de buen grado
todos los acontecimientos, sin que perturben la tranquilidad de
ánimo: la felicidad es, según esto, un estado de imperturbabilidad,
una paz interior que se alcanza con el ejercicio del autodominio.
-La felicidad en el pensamiento
cristiano. Para el cristianismo, el componente fundamental de la
felicidad es el encuentro amoroso con Dios y con el
prójimo. El egoísta, el que utiliza a las demás personas
en su propio provecho, acaba siendo desgraciado. Mientras que el que
se abre a Dios y a los demás hombres, los quiere por sí mismos y
vive solidariamente, alcanza la felicidad. Una felicidad que se
prolonga en la vida eterna, puesto que Dios es amor.
- El modelo utilitarista de
felicidad. El utilitarismo (que nace en el siglo XVIII)
sostiene que lo moralmente correcto es fomentar el mayor
placer posible para el mayor número de seres dotados de
sensibilidad, tanto personas como animales. Los utilitaristas
entienden que la felicidad incluye una gran variedad de
experiencias agradables, entre las cuales destacan las relaciones
amistosas y los actos altruistas, que tienen su raíz en el
sentimiento de simpatía.
-La felicidad como autorrealización
en libertad. Las éticas contemporáneas de inspiración
kantiana (Rawls, Apel, Habermas, etc.)
consideran la cuestión de la felicidad como un asunto de
autorrealización personal, que cada cual ha de resolver
atendiendo a sus propias capacidades, deseos y posibilidades.
Cada cual ha de hacerse libremente -sin
amenazas ni presiones externas- un proyecto de vida más
o menos realista, y luego intentar llevarlo a cabo. En ese proyecto
de vida personal se pueden incluir distintos valores (prudencia,
autodominio, amor, simpatía...), pero la sociedad ha de
comprometerse a asegurar unas condiciones sociales de
justicia, que dejen a cada uno en libertad para llevar a cabo
su proyecto de vida personal.
Yo: El nirvana me parece correcto...en cuanto a que necesitamos momentos en los que la mente descanse y pueda optar por una relajacion...pero somo mas cuerpo que alma...de hecho somos conscientes del nirvana porque nuestro cuerpo piensa y corrobora la informacion....pero el nirvana por si mismo crea una sociedad?...no necesitamos comentar lo que nos ocurre interactuar con nuestro entorno....manejar nuestros miedos...inquietudes...ansiedades...
Me parece bastante correcto la interpretacion de Aristoteles y Epicureo...yo haria un mix entre ambas...porque porque tenemos la gran suerte de ser creados y por consecuencia utilizar todas las habilidades que nos han transmitido para generar felicidad...pero la vision de Epicureo es una vision fantastica...ya tenemos cuerpo....ya tenemos habilidades ahora busquemos el placer...el dolor nos lo produce el propio envejecimiento del cuerpo...ese desgaste del que no podemos escapar...aunque estamos aprendiendo a combatirlo...nos dice que encontraremos dolor ahora bien...tambien tenemos la posibilidad de generar placer...de evitar el dolor en post del placer terrenal...el disfrutar en vez de quejarse...el progresar en una buena conversacion en vez de tirar las conversaciones con insultos y bajezas...el placer de las cosas y el cariño por lo que haces es fundamental en la vida...
LOS
INGREDIENTES DE UNA VIDA FELIZ
Felicidad y placer
¿Es correcto identificar la felicidad
con el placer, como hacen los epicúreos y los utilitaristas?
Todos estaríamos de acuerdo en que experimentar placer es algo
agradable, pero también en que hay casos en los que una persona se
siente feliz sin gozar apenas de lo que habitualmente llamamos
placeres. Los ascetas, por ejemplo, sienten un gran placer por
su manera de vivir, a pesar de privarse de los pequeños placeres
cotidianos. Pero entonces hemos de pedir que se usen los términos
con más rigor, si es que no queremos confundirlo todo: el placer
consiste en obtener una satisfacción sensible, mientras que
la felicidad consiste en autorrealizarse, en llevar a cabo los
propios proyectos de vida, cosa que a veces produce satisfacciones
sensibles (placer) y a veces, no.
Aunque a menudo se utilizan estos dos
términos como si fuesen sinónimos, en realidad no lo son. Un
mínimo de bienestar físico y psicológico es absolutamente
necesario para ser feliz, pero las personas pueden tener a su alcance
todas las condiciones que constituyen el bienestar (salud, dinero,
fama, libertad de movimientos, etc.), y sin embargo no sentirse
felices. Esto puede ser debido a múltiples causas :
a) Miedo al aburrimiento o tedio.
Muchas personas recurren a cualquier medio peligroso
-drogas, violencia, etc.- con tal de no aburrirse, pero a la
larga es posible que nada consiga distraerles, y pueden acabar en la
desesperación y el suicidio.
b) Exceso de competitividad. En
la vida moderna se ha impuesto una alocada carrera para conseguir el
triunfo económico y social. La persona que se entrega por completo a
esa competición va descuidando la relación con sus seres
queridos y al final se siente so
la, desgraciada y aburrida.
c) Estrés. Es producto de las
indecisiones, preocupaciones y miedos. El remedio es enfrentarse con
esos miedos y comprender que muchas de las cosas que nos
preocupan no tienen importancia.
d) Envidia. La persona envidiosa
no disfruta con lo que tiene, sino que sufre al pensar en lo que
tienen los demás. Esta pasión impide que la persona sea feliz.
e) Sentimiento de culpabilidad.
Algunas personas tienen tendencia a pensar que son culpables de
que les salgan mal las cosas o de los errores que cometen. Se sienten
siempre juzgadas y culpadas, como si siempre hubiera responsables de
las cosas malas y además fueran ellas.
f) Manía persecutoria. A veces
sentimos que todos están en contra nuestra y que todo nos sale mal;
si este sentimiento negativo persiste mucho tiempo, significa
que padecemos una grave anomalía psicológica que con toda seguridad
nos impide ser felices.
d) Miedo al «qué dirán». Este
miedo aparece con más fuerza en los ambientes rurales y aislados,
pero también puede darse en las grandes ciudades, bajo la forma de
“qué dirán los periodistas”, y en la escuela, bajo la forma
“qué diran mis compañeros”.
Aprender
a elegir bien
A lo largo de la
vida no hay más remedio que elegir unas cosas y dejar otras. Por
eso, si elegimos bien tenemos mayores probabilidades de ser felices.
He aquí algunas pistas para elegir lo que de verdad queremos:
-Las cualidades
que ya se tienen se pueden desarrollar, y las que no se tienen se
pueden adquirir con algo de esfuerzo: podemos elegir en gran medida
qué tipo de persona queremos ser.
-A la hora de
elegir profesión, deberíamos tener en cuenta las propias
capacidades, las posibilidades de realización personal que nos
ofrece cada profesión, el grado de coherencia entre nuestros
ideales de vida y la profesión escogida.
-Con respecto a la
pareja y los amigos, no perdamos de vista que, cuantos
más ideales y aficiones sean comunes, mayores probabilidades
existen de que la relación tenga éxito.
-Las actividades
de ocio deberían permitir que descansemos del trabajo, al
tiempo que enriquecemos nuestra personalidad: si el trabajo exige
esfuerzo físico, escojamos un pasatiempo relajado; si exige esfuerzo
intelectual, busquemos una afición más dinámica.
-Es ineludible
tener unas ideas políticas coherentes con los valores en
los que creemos y ayudar de algún modo a que se pongan en práctica.
Quienes se consideran «apolíticos», en realidad están aceptando
acríticamente la política que triunfa en cada momento, pero ésa ya
es una manera de ser «político». Si somos conscientes de qué tipo
de sociedad queremos, nos hacemos menos manipulables por la
propaganda, más responsables y más libres.
-También es
ineludible que tengamos alguna actitud hacia la religión.
No basta con aceptar de modo irreflexivo la tradición familiar o
la moda social, porque esta solución cómoda nos convierte en
títeres de las decisiones ajenas; la opción religiosa ha de
ser siempre una decisión personal, esto es: consciente, justificable
y libre.
Otros
ingredientes importantes
En resumen,
podemos decir que para ser felices hemos de disponer de ciertos
ingredientes indispensables. De algunos de ellos ya hemos hablado
anteriormente y otros los añadimos ahora:
-Una determinada
concepción del bien (que puede estar inspirada en alguna o
algunas de las teorías filosóficas y morales), que nos permite
trazar un determinado proyecto de vida.
-Un mínimo de
bienestar físico y psicológico, que la sociedad debe garantizar
conforme a los derechos humanos como bienes básicos
necesarios para llevar a cabo cualquier proyecto de vida.
-Un cierto grado
de autoestima, esto es, un sentimiento vivo de nuestra propia
valía como personas, junto con la convicción de que nuestros
proyectos merecen la pena llevarse a cabo. Depende en gran medida de
cómo recibimos de los demás el amor y la
amistad, y de cómo nosotros mismos somos
capaces de corresponder.
“La autoestima es uno de los bienes básicos que una persona
necesita para ser feliz. Sin la convicción de que tenemos
capacidad para proponernos proyectos de llevar a cabo al menos
algunos de ellos, nos faltan el ánimo y la ilusión, y no tenemos
ganas de emprender
nada que valga la pena. Pero si nos percatamos de que no somos el
centro del universo, pero sí personas con fuerza suficiente como
para hacer cosas valiosas, porque todos lo somos, entonces habremos
abierto el camino hacia la felicidad.
Ahora bien, es importante recordar que la autoestima es cruce de dos
caminos: de la valoración que recibimos de los demás y de cómo nos
valoramos a nosotros mismos. Ninguna de las
dos viene ya dada de tal modo que no podamos modificarla, por eso uno
de los primeros pasos que conviene dar en la aventura de la felicidad
es el de construir la autoestima desde nosotros mismos y con otros.”
-Algo de ilusión,
de entusiasmo, de interés por las personas y las
cosas, porque sin ellos no es posible que hagamos el
esfuerzo necesario para afrontar los problemas de la vida.
-Un poco de
suerte, porque también puede ocurrir que una persona disponga
de casi todos los ingredientes de felicidad que ya hemos mencionado
y, sin embargo, no llegue a realizar sus proyectos a causa de ciertos
infortunios completamente imprevisibles.
Yo: El concepto de felicidad es fundamental...porque tenemos que recurrir a las innumerables tecnicas que te prometen que van a restaurar tu yo...o un yo dañado...nos tenemos a nosotros mismos....estas tecnicas....diganse terapias naturales...psicoanalisis..psicologia conductista...pueden ser de apoyo ante una situacion grave...pero una vez realizadas solo quedas tu y la sociedad...por lo tanto tienes que aprender a ser feliz...aprender a decirtelo todos los dias de tu vida y dejar que fluya ese sentimiento...un saludo
Victor Quesada
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